domingo, 31 de marzo de 2013

JUANA I, LA LOCA


Juana I la Loca (1479-1555), reina de Castilla (1504-1555) y de Aragón (1516-1555), apenas desempeñó el poder que tales títulos parecían suponer, dado que los verdaderos gobernantes fueron, sucesivamente, su esposo Felipe I el Hermoso, su padre Fernando II y su hijo Carlos (el futuro rey Carlos I y emperador Carlos V).

HEREDERA DE CASTILLA Y DE ARAGÓN

Tercera hija de Isabel I de Castilla y de Fernando II de Aragón (los Reyes Católicos), nació en Toledo el 6 de noviembre de 1479, y, educada por Beatriz Galindo, fue una de las princesas más instruidas de la Europa de la época. De acuerdo con la política internacional de su padre, tendente a reforzar las relaciones con el Sacro Imperio Romano Germánico y fortalecer la política antifrancesa, en septiembre de 1496 contrajo matrimonio con el archiduque Felipe, primogénito del emperador Maximiliano I y de María de Borgoña. Tras el fallecimiento de sus hermanos Juan e Isabel en 1497 y 1498, respectivamente, y el de su sobrino Miguel (hijo de esta última y del rey de Portugal Manuel I el Afortunado) en 1500, pasó a ser heredera de Castilla y Aragón. Pese a las claras señales de enajenación mental y a las tendencias francesas de su marido, su madre Isabel la nombró heredera en su testamento, aunque especificó que en caso de ausencia o incapacidad administrase el reino Fernando II el Católico hasta la mayoría de edad de su nieto Carlos.


REINA DE CASTILLA Y DE ARAGÓN

Juana y su marido fueron reconocidos como herederos por las Cortes de Castilla y las de Aragón en 1502. Muerta Isabel (1504), Fernando tenía esperanzas de conservar el gobierno en nombre de su hija, pero la actitud de una parte de la nobleza castellana, que se acercó a Felipe, le obligó a retirarse a Aragón. Durante un breve periodo, gobernó en Castilla Felipe el Hermoso, pero su fallecimiento (ocurrido el 25 de septiembre de 1506) y la consecuente acentuación del desequilibrio de Juana hicieron que su padre asumiera de nuevo el gobierno de Castilla en 1506.


De su matrimonio con Felipe dio a luz, además de a quien se convertiría en el emperador Carlos V (nacido en 1500), a: Leonor de Austria (1498), futura reina de Portugal (1518-1521) tras casarse con Manuel I el Afortunado, y de Francia (1530-1547) al contraer matrimonio con Francisco I; Isabel de Austria (1501), quien habría de ser reina de Dinamarca desde 1515 hasta 1523, luego de desposarse con Cristián II; Fernando I de Habsburgo (1503), futuro sucesor de su hermano Carlos en el desempeño del Sacro Imperio desde 1558; María de Austria (1505), que, en 1522, accedería al reino de Hungría y, desde 1531 hasta 1555, sería gobernadora de los Países Bajos; y Catalina de Austria (1507), la cual pasaría a ser reina de Portugal en 1525 al casarse con Juan III el Piadoso. Cuando murió Fernando II (25 de enero de 1516), el nieto de éste, Carlos, se hizo dar el título de rey de las dos coronas (la de Castilla y la de Aragón), aunque Juana siguió siendo reina y en los documentos su nombre figuraba en primer lugar. Por lo demás, permaneció alejada de toda actividad política en su residencia de Tordesillas (Valladolid), donde se encontraba cuando se dirigieron a ella los principales dirigentes de la revuelta de las Comunidades en 1520 con el objetivo insatisfecho de ganarla para su causa. Falleció en dicha localidad el 11 de abril de 1555.







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