(Barcelona, 1909 - Romanyà de la Selva, 1983)
Escritora española en lengua catalana. Miembro de la generación literaria
forjada en el exilio republicano, su novelística se considera una de las más
destacadas de la posguerra en el ámbito de su lengua.
De
formación autodidacta (sólo recibió educación escolar entre los siete y los
diez años), llegó a la literatura a través de la poesía popular y publicó
tempranamente por su cuenta la novela Sóc
una dona honrada? (1932).
Ingresó al periodismo político en defensa de sus ideales catalanistas, en
Clarisme (1933-1934). Este mismo año, la publicación de las novelas Del que hom no pot fugir y Un
dia en la vida d'un home le
abrirían las puertas a la publicación de cuentos en las páginas de La
Publicitat. La siguiente novela, Crim (1936), cierra un conjunto novelesco
del que la autora posteriormente renegaría.
Durante la Guerra Civil española trabajó en el
Comissariat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya y en la Institució de
les Letres Catalanes. En 1938, en plena guerra, publicó Aloma, novela psicológica en la
que la protagonista, Aloma, aún adolescente, se entrega a una relación amorosa
con un hombre maduro. En ella destaca ya la utilización de símbolos poéticos,
una de sus constantes: en especial aquí la flor, que evoca la caducidad de la
vida y, en el contexto del relato, representa la infancia y la felicidad; otros
símbolos serán el espejo, el agua o la paloma. Aloma apunta ya algunas constantes de su
producción: atención preferente al mundo femenino e inclinación hacia una
novela psicológica con tonos poéticos y simbólicos.
Al término de la guerra se exilió, y la
primera larga etapa, en París y Burdeos, supuso una larga interrupción de su
obra, pero también la maduración y el acopio de experiencias y lecturas que, a
la larga, beneficiarían a su narrativa. Tras la colección de relatos breves Vint-i-un contes (1958), y aprovechando un período de
relativa estabilidad en Ginebra, donde trabajó como traductora en distintos
organismos internacionales a partir de 1954, escribió la novela que le
proporcionaría mayor celebridad: La
plaça del Diamant (1962).
Tiene como protagonista a una mujer humilde, la Colometa, que en voz propia, es
decir, en un tono coloquial (literariamente insólito en la literatura
catalana), relata los dramáticos episodios de su vida: amor, angustia, guerra,
hambre, desesperación, resignación. Los elementos socio-históricos se alían a
los míticos, y un toque de poesía impregna (como un pálpito de vida) toda la
confesión del personaje.
Fue una constante en su obra la elección como
protagonistas de personajes femeninos que encarnan diferentes momentos y fases
de la vida de la mujer: en El
carrer de les Camèlies (1966)
quien cuenta su vida es Cecília, una marginada forzada a prostituirse. Su vida
será reconstruida a través de pequeñas confesiones, de detalles tenues y
dispersos. El contexto histórico se hace menos explícito a partir de la novela Jardí vora la mar (1967), donde el narrador es un
jardinero que explica su particular punto de vista sobre una tragedia amorosa,
y en La meva Cristina i altres
contes (1967), a partir de la
cual el narrador omnisciente se compatibiliza con el uso de la perspectiva interna
a través del soliloquio y del estilo indirecto libre. Estas dos últimas obras
abren una nueva etapa, dominada por el desencanto y la soledad premonitoria de
la muerte, a la que se sumará Mirall
trencat (1974), con la vida y
la desintegración de todo un universo familiar como temas.
En 1973 regresó de su exilio y se instaló primero en
Barcelona y luego en el pueblo de Romanyà de la Selva, cerca de Girona. Sus
últimas obras fueron Semblava de seda i altres contes (1978), Viatges i flors(1980) y las novelas Quanta, quanta guerra! (1980) yLa mort i la primavera (1986), publicada póstumamente.
Escribió también varias piezas teatrales: El parc de les magnòlies, El torrent de les flors y El maniquí. Póstumamente salió a la luz una buena
parte de su producción poética bajo el título Agonia de llum. Poesia secreta de Mercè Rodoreda(2002). Entre los numerosos galardones que recibió
cabe mencionar el Sant Jordi (1966), el Premio de la Crítica (1967), el Ramón
Llull (1969) y el Premio de Honor de las Letras Catalanas (1980).
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