lunes, 1 de abril de 2013

HENRIETTE THEODORA MARKOVITCH (DORA MAAR)


Henriette Theodora Markovitch, más conocida como Dora Maar (1907 - 1997). Artista plástica, pintora, fotógrafa y escultora francesa.

Nace en París el 22 de noviembre de 1907. En la partida de nacimiento consta con el nombre de Henriette Markovitch. Theodora sería una elección posterior pero no figura en ningún documento. Su padre se llama Joseph Markovitch era yugoslavo y su madre Julie Voisin era francesa originaria de Tours. La madre de Dora se nacionalizó croata para casarse con Joseph y más tarde recuperó su nacionalidad francesa. En su matrimonio se celebraron dos ceremonias, una en Zagreb y otra al lado de Rijeka. Seguramente se conocieron en esta última ciudad. Padre e hija acostumbraban a salir a comer juntos por el barrio de Saint Germain-des-Prés durante la década de 1940 y 1950. En la familia se hablaba francés. Fueron muy cosmopolitas y las fotografías de su juventud muestran a Dora desde paisajes de los Alpes hasta zonas tropicales. Su familia se opuso fervientemente a su relación con Picasso. Un día, Julie, discutía violentamente con Dora por teléfono, cuando de pronto la voz de la primera se cortó. Había muerto. Fue durante la ocupación de Francia por los Nazis y era de noche, después del toque de queda. A la mañana siguiente, Dora la halló muerta con el teléfono en una mano. En casi un millar de fotografías, tan sólo hay dos en las que sonríe. Dora era una persona callada, orgullosa, muy inteligente y de una ironía fina a veces teñida de cierta maldad. Le gustaba disfrazarse de siglos anteriores. Ése es un aspecto de ella que aparece en muchos otros collages. Se emancipó con prontitud y se convirtió a la vez en un símbolo para la alta sociedad parisina.



Dora Maar debió pintar sobre los años 1950. Estudió en la Academie Lothe donde conoció a Henri Cartier-Bresson un año más joven que ella y que aún no se había convertido en uno de los mejores fotógrafos. Fue en 1994 cuando éste la definió como una fotógrafa notable en que sus obras poseían un halo misterioso y espantoso; también admiraba sus pinturas. Cartier-Bresson creía que la fotografía es un oficio de solitarios, esa creencia podría aplicarse muy bien a Dora Maar.

En ese entonces la fotografía no estaba tan bien considerada como ahora. Así pues, los fotógrafos solían ser también pintores. Picasso ironizaba sobre la actividad fotográfica de Dora. Ésta no estaba del todo satisfecha con la enseñanza de la Academie Lothe. Así que, más tarde, siguiendo el consejo de Marcel Zahar siguió sus estudios de fotografía matriculándose en “L’École de fotografie de la Ville de París”. Para poder revelar sus fotografías ella daba clases a Pierre Kéfer, a cambio él le dejaba usar el taller. Algunas fotografías llevan el tampón Kéfer-Dora a pesar que las últimas están hechas únicamente por ella.
La formación de Dora Maar pasa principalmente por la búsqueda de mentores. El único consejo que dio Man Ray a Dora fue “el efecto desenfocado”. Fue entonces cuando conoció a Brassaï con quien mantendría una larga amistad. Dora Maar fotografió el proceso de composición del Guernica. Sougez aconseja a Dora tanto a nivel técnico como personal. Ellos publicarán varias obras conjuntas. A través de su padre, consiguió tener un estudio propio. En éste creó sus famosos fotocollages. Ella dijo que no distinguía entre encargo y creación. Trabajó también como actriz en la película “Les gens de voyage de Jaques Feyder”.



Era amiga íntima de André, Jaques Breton, Paul Éluard y Nusch Éluard. Con George Hugnet tuvo una breve historia amorosa. André le escribe pidiéndole que recoja los dibujos y objetos realizados por los locos del asilo de Sainte-Anne, donde más tarde ella misma sería ingresada. Dora Maar se sentía atraída por la muerte. Dora Maar experimentaba con los objetos desproporcionados como un recurso que desestabilizaba nuestra realidad.

La fotografía de Dora Maar en este nuevo aspecto era más bien clásica siguiendo el estilo refinado de Meerson. Trabajó un tiempo de exposición más largo para intensificar los negros. El recurso de la sobre-exposición es sumamente efectivo en “Les annes vous quettent”, donde una telaraña cubre amenazadoramente el rostro de Nusch Éluard. Publicó únicamente 2 fotografías de mujeres desnudas.

Pablo Picasso fue a una cafetería a tomar algo y éste se fijó en Dora por su extravagante juego en el que a veces erraba cortándose la mano y sus guantes negros se teñían de rojo. Dora Maar era partidaria de los 

Derechos Humanos.




Françoise apareció en la vida de Pablo Picasso cuando éste se aburría con Dora Maar y en unos momentos en los que la consideraba excesivamente desequilibrada y testaruda.

En 1945 a Pablo Picasso ya no le interesaba Dora Maar y ella empezó a mostrar un comportamiento extraño y paranoico: "Un día comentó a Picasso que le habían robado a su perrito y lo encontraron andando por los muelles; en otra ocasión dijo que le habían robado la bicicleta y más tarde la encontraron intacta; una vez la encontraron desnuda en las escaleras de su casa para consternación de un séquito nupcial; tuvo un ataque histérico en un cine".

Fue ingresada en el hospital de Sainte-Anne. Le aplicaron electroshock y fue Paul Éluard quien dijo a Pablo Picasso que la sacara de allí. Paul Éluard que era el mejor amigo de Dora Maar en ese entonces, acusó a Pablo Picasso de hacerla sufrir demasiado.



A su pintura no consiguió nunca dotarla de esa mirada tan personal que logró con la fotografía. Dora Maar retrató a Pablo Picasso en 4 ocasiones en los años 1936, 1938 y 1939. Tenía una forma muy personal de trabajar el claroscuro. Ella recuperó la cordura gracias al Doctor Lacan. Dora Maar era una ferviente creyente.

John Russell admiraba la valentía de Dora en su decisión de encerrarse en su estudio durante muchos años para investigar lo más profundo de su propio ser. Un día Dora Maar no quería enseñar unos dibujos de su órgano sexual y Pablo Picasso le ordenó que los dejara ver.

Dora Maar murió en 1997 y en su testamento dejó todos sus bienes a su padre y a un monje. Sus bienes se componían de 130 Picassos y la mayoría de sus fotografías. Ella había vendido algún Picasso cuando se había sentido en apuros económicos pero siempre con el permiso de éste. El apartamento en el que se recluyó era un fiel reflejo de su compleja personalidad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario