Una de las contribuciones más destacadas de Judith Butler es su teoría performativa del sexo y la sexualidad. Tradicionalmente, el construccionismo social ya nos hablaba de la construcción del género, es decir, que las categorías femenino y masculino, o lo que es lo mismo, los roles de género son constructos sociales y no roles naturales. Pero Judith Butler sobrepasa el género y afirma que el sexo y la sexualidad lejos de ser algo natural son, como el género, algo construido. Judith Butler llega a esta conclusión basándose en las teorías de Michel Foucault, Sigmund Freud y sobre todo de Jacques Lacan. De este último parte al hablarnos de lo "forcluido", es decir, de aquellas posiciones sexuales que suponen un trauma el ocuparlas. Y ante el miedo a ocupar alguna de estas, el individuo se posiciona en una heterosexualidad falocéntrica, es decir, una heterosexualidad regida por la normativa del imperialismo heterosexual masculino en la que asumir la sexualidad hetero implica asumir un sexo determinado.
Compilación de mujeres destacadas, que en algún momento de sus vidas han sufrido un ataque de histeria, o estuvieron a punto de estarlo, como toda mujer normal y corriente. «Es honrar a las mujeres deuda a que obligados nacen todos los hombres de bien» (LOPE DE VEGA).
viernes, 22 de marzo de 2013
JUDITH BUTLER
Una de las contribuciones más destacadas de Judith Butler es su teoría performativa del sexo y la sexualidad. Tradicionalmente, el construccionismo social ya nos hablaba de la construcción del género, es decir, que las categorías femenino y masculino, o lo que es lo mismo, los roles de género son constructos sociales y no roles naturales. Pero Judith Butler sobrepasa el género y afirma que el sexo y la sexualidad lejos de ser algo natural son, como el género, algo construido. Judith Butler llega a esta conclusión basándose en las teorías de Michel Foucault, Sigmund Freud y sobre todo de Jacques Lacan. De este último parte al hablarnos de lo "forcluido", es decir, de aquellas posiciones sexuales que suponen un trauma el ocuparlas. Y ante el miedo a ocupar alguna de estas, el individuo se posiciona en una heterosexualidad falocéntrica, es decir, una heterosexualidad regida por la normativa del imperialismo heterosexual masculino en la que asumir la sexualidad hetero implica asumir un sexo determinado.
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