Barbara Longhi (1552-1638). Pintora italiana. No se conoce
mucho sobre la vida de Barbara Longhi, nacida el mismo año que Lavinia Fontana,
1552, en la ciudad de Ravena. Su padre fue Luca Longhi, pintor de un estilo
provincial conservador que enseñó el oficio a sus hijos Francesco y Barbara;
sin embargo, esta última fue más restringida en lo que podía pintar y aprender.
La familia estaba inmersa en la religiosidad de la
Contrarreforma, demostrándolo en sus obras. Barbara Longhi ayudaba a su padre a
pintar los grandes retablos, además de copiar algunos de sus trabajos, y las
obras que le pertenecen se parecen mucho a las de su progenitor, con un estilo
semejante al de sus contemporáneos florentinos y bologneses.
La obra de Barbara Longhi sólo fue conocida en el área de Ravena y está compuesta en su mayoría por representaciones de “Madonna y el Niño”. De los 15 trabajos que se conocen de ella 12 son sobre este tema, y el más famoso de ellos es “Madonna y el Niño con Juan el Bautista”. A pesar de no ser muy conocida, esta pintora fue lo suficientemente relevante como para ser tenida en cuenta por Giorgio Vasari, quien llegó a apreciar en sus trabajos la “pureza de línea y la suave brillantez del color”. En sus primeros trabajos la artista utilizaba una paleta de colores restringida y una composición simple. La línea se destacaba sobre el modelado de las figuras.
Luego de 1590 Barbara Longhi comienza a utilizar colores más brillantes, en figuras que adquieren una dimensión más monumental, utilizando cortinados de fondo que cubren parcialmente el paisaje o el cielo en la lejanía. Como en los trabajos florentinos de Leonardo da Vinci y Rafael, la pintura de esta artista muestra la técnica del sfumato y la composición piramidal. Después de 1600, en sus obras ya no se ven figuras completas ni escenarios arquitectónicos; la composición se simplifica en imágenes religiosas devotas que se concentran en la relación más íntima entre los personajes y el espectador.
De sus obras podemos mencionar la representación de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir patrona de los filósofos, estudiantes y predicadores, pintada para el Monasterio de Classe de Ravena. Se dice que podría ser un autorretrato de la artista.
Otra obra, “La Virgen y el Niño Jesús coronando a una religiosa" (1590-95, Museo de Louvre) muestra al niño que, con la mirada dirigida al espectador, sostiene una corona sobre una monja inclinada en actitud de reverencia mientras la madre lo sostiene cuidadosamente guiando su brazo con delicadeza. Las figuras, representadas en tonos cálidos sobre el fondo oscuro, hacen sentir una relación íntima entre sí y con el espectador. Barbara Longhi murió en 1638.
La obra de Barbara Longhi sólo fue conocida en el área de Ravena y está compuesta en su mayoría por representaciones de “Madonna y el Niño”. De los 15 trabajos que se conocen de ella 12 son sobre este tema, y el más famoso de ellos es “Madonna y el Niño con Juan el Bautista”. A pesar de no ser muy conocida, esta pintora fue lo suficientemente relevante como para ser tenida en cuenta por Giorgio Vasari, quien llegó a apreciar en sus trabajos la “pureza de línea y la suave brillantez del color”. En sus primeros trabajos la artista utilizaba una paleta de colores restringida y una composición simple. La línea se destacaba sobre el modelado de las figuras.
Luego de 1590 Barbara Longhi comienza a utilizar colores más brillantes, en figuras que adquieren una dimensión más monumental, utilizando cortinados de fondo que cubren parcialmente el paisaje o el cielo en la lejanía. Como en los trabajos florentinos de Leonardo da Vinci y Rafael, la pintura de esta artista muestra la técnica del sfumato y la composición piramidal. Después de 1600, en sus obras ya no se ven figuras completas ni escenarios arquitectónicos; la composición se simplifica en imágenes religiosas devotas que se concentran en la relación más íntima entre los personajes y el espectador.
De sus obras podemos mencionar la representación de Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir patrona de los filósofos, estudiantes y predicadores, pintada para el Monasterio de Classe de Ravena. Se dice que podría ser un autorretrato de la artista.
Otra obra, “La Virgen y el Niño Jesús coronando a una religiosa" (1590-95, Museo de Louvre) muestra al niño que, con la mirada dirigida al espectador, sostiene una corona sobre una monja inclinada en actitud de reverencia mientras la madre lo sostiene cuidadosamente guiando su brazo con delicadeza. Las figuras, representadas en tonos cálidos sobre el fondo oscuro, hacen sentir una relación íntima entre sí y con el espectador. Barbara Longhi murió en 1638.
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