sábado, 23 de marzo de 2013

MARGUERITE YOURCENAR (MARGUERITE CLEENEWERCK DE CRAYENCOUR )





 Marguerite Cleenewerck de Crayencour (Bruselas, Bélgica, 8 de junio de 1903 – Bar Harbor, Mount Desert Island, Maine, EUA, 17 de diciembre de 1987), conocida como Marguerite Yourcenar (primero seudónimo y luego de nacionalizarse, nombre oficial). Escritora, poetisa, dramaturga y traductora bisexual francesa nacionalizada estadounidense en 1947.

Marguerite Antoinette Jeanne Marie Ghislaine Cleenewerck de Crayencour nació en Bruselas (Bélgica). Su madre, Fernande de Cartier de Marchienne, que provenía de una familia aristocrática belga, murió a los diez días de su nacimiento por complicaciones en el parto, y la niña fue educada por su padre, Michel-René Cleenewerck de Crayencour, que provenía de una familia aristocrática francesa, en la casa de la abuela paterna, en el norte de Francia, Mont Noir, cerca de la frontera con Bélgica. Marguerite Yourcenar leía a Jean Racine y a Aristófanes a la edad de 8 años. Su padre le enseñó latín a los 10 y griego clásico a los 12. A partir de 1919 abandona su apellido real y empieza a firmar como Marguerite Yourcenar, siendo éste un anagrama de Crayencour. Su primera novela, Alexis, fue publicada en 1929. En (1939), para que pudiera escapar de los problemas bélicos, su mejor amiga en ese momento, una traductora norteamericana llamada Grace Frick a la que había conocido en París en 1937, la invita a EUA, donde dará clases de Literatura comparada en la ciudad de Nueva York. Yourcenar era bisexual,3 ella y Frick se harán amantes y seguirán juntas hasta la muerte de ésta en 1979 a consecuencia de un cáncer de mama.



Tradujo al francés "Las Olas" de Virginia Woolf, en 1937, Lo que Maisie sabía de Henry James, en 1947, y obras de Yukio Mishima. En 1947 obtuvo la nacionalidad norteamericana. En 1951 publica en París su muy documentada novela histórica Mémoires d'Hadrien (en español "Memorias de Adriano"), en la que estuvo trabajando a lo largo de una década. La novela fue un éxito inmediato y tuvo una gran acogida por parte de la crítica. Su presentación fue el motivo para volver a Francia después de doce años de ausencia. En "Memorias de Adriano", Marguerite Yourcenar recrea la vida y muerte de una de las figuras más importantes del mundo antiguo, el Emperador Romano Adriano. La obra está escrita a modo de larga carta del emperador a su nieto adoptivo y futuro sucesor, Marco Aurelio. Adriano le explica su pasado, describiendo sus triunfos, su amor por Antinoo y su filosofía. Memorias de Adriano fue una novela pionera que ha servido de influencia en la posterior novelística histórica y se ha convertido en una obra maestra moderna.


Ganadora de los premios Femina y Erasmus, en 1980 fue la primera mujer elegida miembro de número de la Academia Francesa, aunque desde 1970 ya pertenecía a la Academia Belga. Una de las más respetadas escritoras en lengua francesa, tras el éxito de Memorias de Adriano, siguió publicando novela, ensayo, poesía y tres volúmenes de memorias. Marguerite Yourcenar vivió la mayor parte de su vida en su casa Petite Plaisance, en Mount Desert Island, en el estado de Maine, y sus restos descansan junto a los de Grace Frick en la misma isla, en una sencilla tumba en el Brookside Cemetery de Somesville. La casa de ambas es ahora un museo dedicado a su memoria, abierto al público durante los veranos.

Legó sus archivos personales y literarios a la Harvard University de Cambridge. En su Houghton Library pueden ser consultados libremente miles de cartas, fotografías y manuscritos (cf. Marguerite Yourcenar additional papers: Guide), excepto algunos documentos, que quedarán liberados en 2057. En Bruselas, su ciudad natal, existe también, desde 1989, el CIDMY: Centre International de Documentation Marguerite Yourcenar, que atesora numerosos fondos gráficos y escritos y ofrece información puntual sobre actividades y publicaciones relacionadas con la afamada autora.



Obras: "Memorias de Adriano"; "El jardín de las quimeras"; "Los dioses no han muerto"; "Alexis o el tratado del combate inútil"; "La Nueva Eurídice"; "El denario del sueño"; "Fuegos"; "Los sueños y las suertes"; "Cuentos Orientales"; "El tiro de gracia"; "Electra o la caída de las máscaras"; "Las caridades de Alcipo"; "A beneficio de inventario"; "Opus nigrum"; "Teatro I y Teatro II"; "Recordatorios"; "Recuerdos Piadosos"; "Archivos del Norte"; "El cerebro negro de la Piranèse"; "Mishima o la visión del vacío"; "Como el agua que fluye"; "El tiempo, gran escultor"; "¿Qué? La eternidad"; "Peregrina y Extranjera"; "Una vuelta por mi cárcel".



ERÓTICO

Tú la avispa y yo la rosa;
Tú el mar, yo la escollera;
En la creciente radiosa
Tú el Fénix, yo la hoguera.
Tú el Narciso y yo la fuente,
En mis ojos tú brillando;
Tú el río y yo el puente;
Yo la onda en mí nadando.
Y tú el sol y la sal
Y en los labios el caudal
Del rumor meciendo el juego.
Yo el pájaro y el cielo
Azul cruzando su vuelo,
Como el alma atiza el fuego.


ÍDOLOS

Amor, al principio
De carne y de oro como un César
Salvaje te cebé;
Íncubo, tu pecho pesaba
Y tu beso agotador
Cansó mi boca.

Luego te vi ensangrentado;
Caminabas, titubeando,
Bajo la escuadra terrible;
Víctima atravesada en el flanco,
A tus pies derramé
Todo el nardo de la tierra.

Te veo pálido y bello:
Tu carne es una antorcha
Hecha de cera y fuego;
Yo abrazo, delicia pura,
Tu cara desconocida,
Idéntica a mi alma.

Y te veré pensativo
En el último arrecife,
Dulce provocador de naufragios
Sombrío dios sin devotos;
Tus amapolas nocturnas
Me curarán de las rosas.


FUEGOS

Lo mismo ocurre con un perro, con una pantera o con una cigarra. Leda decía: “Ya no soy libre para suicidarme 
desde que me he comprado un cisne”.

La muerte es un sacramento del que sólo son dignos los más puros: muchos hombres se deshacen, 
pero pocos hombres mueren.

No puede construirse una felicidad sino sobre los cimientos de una desesperación. Creo que voy a ponerme a construir.

Que no se acuse a nadie de mi vida.

No soporté bien la felicidad. Falta de costumbre. En tus brazos, lo único que yo podía hacer era morir.

Existe un plan general para el universo. Sólo salimos en los momentos sublimes.

En el avión, cerca de ti, ya no le tengo miedo al peligro. Uno sólo muere cuando está solo.

Existe entre nosotros algo mejor que un amor: una complicidad.


HOSPES COMESQUE

Cuerpo llevando el alma, siempre vanamente
Vuelvo a pensar en ti y te vuelvo a olvidar;
Corazón infinito en el cáliz naciente;
Boca que busca el nuevo verbo de besar.

Mares de navegar, fuentes para beber;
Trigo y vino ritual en la mesa mezclados;
Refugio de dulzura el vago adormecer;
Tierra que se despliega en los pasos alados.

Aire que me llenas de espacio y de equilibrio;
Nervios por donde viaja el cóncavo delirio;
Mirada interrumpida en el vasto universo.

Cuerpo, compañero, juntos nos moriremos.
No puedo no querer la sombra que tenemos,
No apresar con ella el resplandor de un verso.


EL POEMA DEL YUGO

Las mujeres de mi país llevan sobre los hombros un yugo;
Su corazón pesado y lento oscila entre esos dos polos;
A cada paso, dos grandes baldes de leche chocan
Uno con otro contra sus rodillas;
El alma materna de las vacas, la espuma del pasto masticado,
Brotan en olas nauseosas dulces.

Soy igual que la sirvienta de la granja;
A lo largo del dolor me avanzo de un paso firme;
El balde del lado izquierdo está lleno de sangre;
Puedes beber y saciarte de ese pujante jugo.
El balde del lado derecho está lleno de hielo;
Puedes inclinarte y contemplar tu rostro laso.
Así voy entre mi destino y mi suerte,
Entre mi sangre caliente y líquida y mi amor límpido muerto.
Y cuando esté segura que ni espejo ni bebida
Pueden ya distraer o sosegar tu corazón salvaje,
No quebraré el espejo resignado,
No volcaré el balde donde sangró toda mi vida.
Iré llevando mi balde de sangre en la noche negra
Allí donde están los muertos que en él a beber vendrán.
Iré donde están las olas con mi balde de hielo;
El breve gemido de la orilla será menos dulce que mi llanto;
Un rostro pálido grande se asomará a la duna
Y ese espejo, que ya no quieres, reflejará la faz calma de la luna.


ESCRITOS AL DORSO DE DOS CARTAS POSTALES

Una sirena llora
La salida de un barco
Sobre el agua que borra.

Yo sufro la ausencia
Y el espacio duro;
La pena es un muro.

La ruta es una trampa:
Ni trenes, ni navío;
El viaje está vacío.

. . . . . 

Reflejo, que tu lanza
Traspase la distancia
Y pegue con dulzor.

(La miel de las heridas
Embalsama el amor).


CANTINELA PARA UN FLAUTISTA CIEGO

Flauta en la noche solitaria
Presencia de una lágrima;
Todos los silencios de la tierra
Son pétalos de tu flor.

Sopla en la sombra tu polen,
Alma llorando, casi sin ruido,
Miel de una boca profunda
Que al besar la noche fluye.

Y si tus lentas cadencias
Son el pulso de las tardes de verano
Convéncenos que el cielo baila 
Porque un ciego cantó.







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