“El
recuerdo de mi suplicio hará más por nuestra causa que todas las banderas del
mundo” ( Mariana Pineda )
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(Granada,
1804-id., 1831) Heroína española. Viuda y madre de dos hijos de corta edad, fue
denunciada por haber bordado en una bandera la leyenda «Ley, Libertad,
Igualdad» y acusada de pertenecer a una conspiración liberal. Al negarse Pineda
a delatar a sus supuestos cómplices, Pedrosa, miembro de la Chancillería de
Granada, y según la leyenda, secretamente enamorado de ella, decretó su ingreso
en prisión. En medio de las protestas de la población, fue juzgada y condenada
a morir a garrote vil. La sentencia se ejecutó en el Campo del Triunfo de
Granada, mientras la bandera que había bordado era quemada. Mariana Pineda se
convirtió pronto en heroína y mártir de la causa liberal, hasta el punto de
inspirar numerosas canciones. Federico García Lorca se basó en su historia para
escribir la obra teatral Mariana Pineda.
Nacida
en el seno de una familia noble de Granada, su padre, Mariano Pineda Ramírez,
era capitán de navío de la Armada. Huérfana desde los quince meses de edad,
quedó bajo la custodia de su tío paterno, José Pineda, y contrajo matrimonio a
los quince años con Manuel de Peralta y Valle, liberal perteneciente a la logia
masónica y próximo al círculo constitucionalista del conde de Teba. Al fallecer
su marido en 1822, continuó frecuentando los ambientes liberales en el contexto
de la Década Ominosa (1823-1833) que siguió al Trienio Liberal (1820-1823) tras
la invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis.
La implicación de Mariana Pineda en un complot
constitucionalista, descubierto en 1826, y en el que actuaba como intermediaria
entre los liberales granadinos y los exiliados de Gibraltar, levantó las
sospechas del alcalde de la ciudad, Ramón de Pedrosa y Andrade. Éste, que
ejercía además el cargo de subdelegado principal de policía, había sido
comisionado en Andalucía oriental por el ministro de Justicia, Tadeo Calomarde,
para reprimir cualquier intento de alzamiento en favor de la Constitución de
1812. Detenida por las autoridades, Mariana Pineda fue sometida a juicio y
posteriormente absuelta al alegar ignorancia del contenido de las cartas y
otros documentos hallados en su domicilio.
Sin embargo, cuando en 1828 preparó con éxito
la fuga de su primo Fernández Álvarez de Sotomayor, comandante del Ejército que
había sido condenado a muerte por su implicación en el levantamiento de Riego
(1820), Mariana Pineda fue detenida bajo el pretexto de haber dado a bordar una
bandera morada con la inscripción «Ley, Libertad, Igualdad», que había de
servir de enseña para un proyecto revolucionario.
Tras
diversos intentos de fuga y ante la negativa de Mariana Pineda de delatar a sus
presuntos cómplices, fue recluida en el convento de Santa María Egipciaca y,
tras un simulacro de juicio, condenada a la pena máxima. De nada sirvieron los
alegatos que en favor de la joven dirigió un sector influyente de la ciudad a Fernando
VII, pues la sentencia se cumplió el
26 de mayo de 1831 en el granadino Campo del Triunfo.
Casi de inmediato, la leyenda popular
convirtió a Mariana Pineda en símbolo de las libertades y protagonista de
romances de ciego. En torno a su figura y partiendo del mito popular, Federico Garcia Lorca escribió el
drama Mariana Pineda, que
se estrenó el 24 de junio 1927 en Barcelona, con decorados y vestuario de
Salvador Dalí y con Margarita Xirgu en el papel protagonista.
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